La lamprea es uno de los animales más antiguos y menos evolucionados de la tierra, con casi 500 millones de años de supervivencia. Este pez, cuya principal característica es su boca en forma de ventosa, es el principal atractivo culinario de las tierras de O Miño (Ourense) entre los meses de enero y abril o, si lo prefieren, "desde primeros de año hasta que cante el cuco". Con una vida similar a la del salmón, nace en el río, va al mar a alcanzar su edad adulta y vuelve a desovar y morir de nuevo al río, este cartilaginoso ser es capturado en las antiquísimas "pesqueiras" y se convierte en el reclamo gastronómico de aquellos a quienes les guste las emociones fuertes. Su cocción en sangre, su fuerte sabor y su extraña textura, hacen que sea un plato adorado o detestado a partes iguales.
Hoy en día, Galicia es el único reducto donde podemos encontrarlo, siendo diversas las formas de prepararlo: guisada en su propia sangre y acompañada de arroz blanco, en empanada, a la brasa o rellena en forma de fiambre. Las dos zonas predilectas para degustarlas son la comarca del Ulla (Padrón) o la del Miño (Arbo), siendo esta última la más apreciada. Precisamente en la localidad ourensana de Arbo es donde más restaurantes especializados en lamprea podemos encontrar. Pero ojo, no es un plato barato, se suele llegar a pagar una media de 30 euros por persona por degustar un menú basado en este peculiar pescado que no dejará indiferente a nadie.
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