jueves, 26 de febrero de 2015

Las perlas del Adriático

   Uno de los destinos turísticos que más se ha puesto de moda en los últimos años es, sin duda, Croacia. Un clima agradable, precios asequibles y el maravilloso Adriático, atraen cada año a más visitantes que disfrutan de las numerosas opciones que ofrece el país eslavo. Sin embargo, todo esto tiene una gran pega: en verano, el país está abarrotado, hasta tal punto que ciudades tan imprescindibles como Dubrovnik pierden su encanto y se convierten en auténticas manifestaciones de gente. Viajar a Croacia fuera de temporada (mayo, junio o septiembre) es la mejor opción que podemos aconsejar para saborear con calma los encantos croatas. Para llegar allí, lo mejor es volar a Dubrovnik a través de los numerosos vuelos operados por diversas compañías (también low cost) o a Venezia y desde allí cruzar en barco. Os dejamos pequeña selección de ciudades y pueblos que no te puedes perder: 

Rovinj: pequeña villa croata situada en la península de Istria, al norte, y cuya principal atracción es su situación al borde del mar y las callejuelas de la parte antigua. No debe faltar una buena cena a base de pescado y moluscos en las inmediaciones del puerto.




Zagreb: aunque la capital de Croacia no está considerada como una ciudad a la altura de otras grandes ciudades europeas, Zagreb tiene su encanto y cuenta con curiosos recovecos. La parte alta de la ciudad, cuyo epicentro es la concurrida plaza de Kaptol, agrupa los principales monumentos de la capital, como la llamativa Iglesia de San Marcos. 





Split: la segunda ciudad más grande de Croacia es esta auténtica joya declarada Patrimonio de la Humanidad ya en 1979. Su bien más preciado es el Palacio de Diocleciano, una auténtica ciudad dentro de la ciudad conservada desde la época del emperador romano a la que debe su nombre. Abarrotada en muchas épocas del año, su visita no desmerece en absoluto. 





Sibenik y Trogir: en plena costa dálmata, muy cerca de Split, se encuentran estos dos preciosos pueblos costeros típicos de la zona. Construcciones de piedra caliza y estrechas callejuelas hacen de estos dos lugares auténticos paraísos terrenales. 





Dubrovnik: la más conocida de las ciudades costeras croatas es esta preciosa ciudad medieval cuyos tejados sufrieron la ira de los bombardeos serbios durante la contienda balcánica de los 90. Pese a ello, la reconstrucción ha sido minuciosa y han dejado la villa como si nada hubiese pasado (salvo por el color miel de las tejas originales que contrastan con las más oscuras actuales). Parada obligatoria de los ferrys, Dubrovnik invita a pasearla de madrugada, cuando propios y extraños duermen. 







Fotos; David Fdez Atienzar

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