Los templos de Angkor son considerados la octava maravilla del mundo, título totalmente merecido y que pone en valor esta fascinante ciudad de templos abandonados en la selva camboyana. Con una extensión de 200 kilómetros cuadrados y más de 20 templos, su visita requiere de suficiente tiempo para disfrutarla plenamente. La ciudad habitada de referencia desde donde se visitan es Siem Reap, situada al norte de Camboya y bien comunicada tanto con la capital del país, Phnom Penh como con Bangkok, en Thailandia. Llegar a ella desde ambos sitios solo supone unas horas de autobús.
Existen varios tipos de entrada para visitar los templos: de un día, de tres días o de una semana. La ideal es la segunda opción, ya que un día es muy poco y una semana se puede hacer bastante pesado. Para desplazarse entre los templos, la gente utiliza vehículos privados: mototaxis, tuk-tuks, los buses propios del complejo o bicicletas, ya que no se puede acceder a ellos con vehículos privados de motor. La posibilidad de ir en bici es muy recomendable y la que más libertad proporciona, aunque haya que recorrer todos los días los 3 km que separan Siemp Reap de los Templos.
Una vez allí, el tiempo de detiene. Solo tenemos que dejarnos llevar y pasear por los viejos templos a los que la selva parece engullir. La visita se puede organizar en esos tres días de la siguiente manera: día 1: Angkor Tom (ciudad amurallada), que contiene Bayón, la terraza de los elefantes o el palacio real; día 2: Angkor Wat y Bakheng (zona cercana a la entrada de Angkor Tom); día 3: Ta Pronm y zona este. Aquí os dejamos una pequeña muestra de lo que os vais a encontrar...
Fotos: David Fernández Atienzar
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