jueves, 30 de abril de 2015

Marruecos, tan cerca, tan lejos

   Marruecos, tan cerca. En dos horas de avión te plantas en Marrakech. Desde allí se puede explorar la fascinante cordillera del Atlas y los desiertos del sur. Tan lejos. La diferencia cultural del país te hace viajar a otro lugar totalmente diferente. Basta un paseo por la fascinante plaza de Jemaa el Fna de Marrakech para darse cuenta. El país marroquí, además, es seguro y permite viajar por tu cuenta sin ningún tipo de problema. Eso sí, utiliza el transporte público, conducir allí es un auténtico deporte de riesgo. Y otra cosa más, en Marruecos todo se soluciona, en cualquier parte, por muy remota que sea, aparece alguien, y cualquier necesidad que tengas será satisfecha a cambio del pertinente peaje
Cuándo ir: cualquier época es buena, pero mejor acudir durante las estaciones intermedias (primavera y otoño). En invierno, dependiendo de la zona, puede llover bastante y en verano se pueden alcanzar temperaturas cercanas a los 50º. 
Cómo llegar: estando tan cerca, se puede cruzar el estrecho en ferry y llevarte tu propio vehículo o volar en avión desde España a las principales ciudades marroquíes: Rabat, Casablanca o Marrakech. Los vuelos los operan desde compañías generales hasta low cost y se pueden encontrar billetes por menos de 100 € ida y vuelta. 
Dónde dormir: si existe un país con variedad para alojarse, ese es Marruecos. Desde los lujosos Riad de las capitales hasta los humildes Gité de los perdidos pueblos bereberes del Atlas. Se pueden encontrar alojamientos desde 50 dirham por persona (5 €) con desayuno incluido. Ojo, todo se regatea, y la cara de turista que tenemos juega en nuestra contra; en los últimos años, los precios se han elevado teniendo en cuenta las ridiculeces que se pagaban antaño. 
Dónde comer: en cualquier lugar, de repente, aparece un chiringuito plagado de calientes tajines. Tambiénes barato, aunque no tanto como el alojamiento. Una comida rica a base de Harira, Tajin y postre no debería costar más de 50 dirham por persona incluida la bebida. El té es una constante en todo el país, entona y da energía. Los puestos de comida local son más baratos, pero no todo el mundo está dispuesto a comer vísceras de cordero. 
Cómo desplazarse: el transporte público es muy frecuente y muy barato. Conducir por allí es un riesgo y un caos, sobre todo en las grandes ciudades. Otra opción más cara, pero rápida y segura es alquiler vehículo con conductor previo conveniente regateo. 
Itinerarios recomendados: 
Norte de Marruecos: Rabat, Moulay-Bousselham, Larache, Asilah, Tanger, Tetuán, Chefchauen, ruinas de Moulay-Idriss, Mekknés, Fez e Ifrane; total 10 días. 
Marrakech y el Atlas: Marrakech. Imlil (ruta trekking o mountain bike), valle de Tacheddirt, Oukaimeden, valle de Ourika; total 1 semana.
Anti-Atlas: Marrakech, Ouarzazate, kashba de Ait Benhadou, gargantas del Dadés, Agoudal, Imilchil y lagos, gargantas del Todra y Tinerhir; total 1 semana. 
Desierto y sur: Marrakech, Ouarzazate, valle del Draá y Zagora, Merzouga y Erg Chebbi; total 8 días. 

Asilah y sus casas encaladas en la costa atlántica

Chefchauen y su impresionante color azul 

Los romanos también dejaron su huella en Moulay Idriss

El espectáculo del barrio de los curtidores en Fez

La inhóspita zona de los lagos de Imilchil en el medio Atlas

Niño bereber de Agoudal

Las mujeres camino de la labranza en la zona del medio Atlas

Rabat siempre merece una visita

Agoudal, el pueblo marroquí con más altitud

Tacheddirt, a los pies del Atlas, tranquilidad absoluta

La animada y fascinante plaza Jemaa Fna en Marrakech

La conservada Kasbah de Ouarzazate

Fotos: David Fdez Atienzar

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