Cuando el emperador mogol Shah Jahan construyó el Taj Mahal no se imaginaba que se iba a convertir en una de las Siete Maravillas del mundo. Su intención fue bien distinta. Tras la muerte de una de sus numerosas mujeres, Mumtaz Mahal, durante el parto de su decimocuarta hija, Jahan le ofreció este mausoleo como su muestra de su amor eterno. Esta romántica muestra arquitectónica se ha erigido como uno de los monumentos más visitados del planeta. Lo cierto es que la visita lo merece y se puede realizar desde Delhi, cogiendo un tren que en unas horas te lleva hasta Agra.
Fotos: David Fdez Atienzar
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