viernes, 19 de diciembre de 2014

Buenas noticias para Cuba

    "Cuba es como una burbuja que se está comenzando a pinchar con todo su alrededor. Es más, si se hubiese pensado en el coste económico que conllevarían todas las reformas que quería realizar el Gobierno cubano en 1959, la Revolución no se hubiese hecho". Aún retumban en mis oídos aquellas dos frases lapidarias lanzadas por una joven cubana con conocimiento de causa. Una voz crítica con el momento actual, pero también orgullosa de su pueblo y de todo lo conseguido a raíz del cambio de gobierno que se produjo tras la caída de Batista. 
   Escuchaba aquella sentencia con atención en agosto de 2008 cuando el huracán Gustav nos pilló por sorpresa y buscamos refugio en su casa de Guanabacoa, anhelando que sus cuatro paredes resistieran el embiste. Por aquel entonces, también escuchamos historias de generaciones anteriores acerca del "periodo especial" y sobre las estrecheces económicas que obligaban a sacarle sustancia a las suelas de los zapatos.
   La gente cubana es gente sabia. Gente luchadora y con mucho ingenio. Gente que se merece el respeto de no dirigir su destino desde nuestros sillones de "Oriente". Por eso, cuando escucho opiniones que se postulan en contra de la decisión de Obama de acabar con el bloqueo, no puedo más que pensar que la ignorancia es la madre del atrevimiento. Eso, o que quien lo piensa no tiene la suficiente altura moral. La decisión tomada por el gobierno estadounidense es una buena noticia, una esperanza para los que viven con lo justo y que hará crecer la maltrecha economía cubana.
    Llegado a este punto, sin embargo, también me vienen a la cabeza las reflexiones de Terzani en su clarividente libro El fin es mi principio; en él discernía entre la genuidad de los pueblos que acogían los valores marxistas y el excesivo sacrificio que ello exigía. 
   Tendremos que esperar para ver si el desbloqueo da entrada al capitalismo más atroz y acaba de golpe y porrazo con todos los logros positivos que también se han conseguido en tantos años (porque los hay, mal que les pese a algunos), o por el contrario da lugar a una apertura democrática normalizando la vida política cubana sin más trauma. Sea lo que fuere, hoy es buen momento para tener esperanza. Parece que ya se ha aprendido que con guerras y bloqueos nunca se ha solucionado nada. Ahora la pelota está en el tejado cubano.

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